Grecia, la civilización de la belleza. Historia del maquillaje

Proporción y armonía son los conceptos fundamentales por los que se rige del canon de belleza en la antigua Grecia.

El ideal de belleza, no solo femenino, si no estético en general pierde el componente místico que vimos en el capitulo que dedicamos a Egipto para centrarse en un nuevo concepto encontrado entre las matemáticas y la proporción que llevaron a componer el famoso y todavía hoy utilizado “CANON GRIEGO”. Esto significa que tanto las mujeres y hombres considerados bellos en esta cultura son los que guardan una proporción armónica en su cuerpo y rostro: El cuerpo debía de medir siete veces la cabeza (en el siglo IV, pasan a ser ocho)

 


EL IDEAL DE BELLEZA FEMENINO

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Cariátides de Erecteion, Acrópolis de Atenas

El culto al cuerpo era todo un deber tanto en hombres como en mujeres, buscaban cuerpos atléticos, sin nada de grasa, músculos formados y pieles perfectas, ese culto a lo bello les llevó a ser todos unos expertos en cuidados de la piel, dietas y técnicas de maquillaje y peluquería. Tanto es así que los perfumes, aceites y cosméticos en general fueron los productos mas vendidos en la época y los griegos llegaron a dominar la exportación cosmética a Europa.

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La Venus de Cnido. Praxiteles

 

Pequeña y delgada.

Con caderas anchas, muslos generosos y senos pequeños pero bien torneados.

Ojos grandes, nariz y boca afiladas pero mejillas y barbilla ovaladas.

Cabello rubio y rizado.

 

 

 

 


 

EL CUIDADO DEL CUERPO

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Los baños públicos fueron uno de los lugares con mas afluencia entre los griegos, era el sitio donde iban tanto para hacer vida social y negocios como para relajarse y cuidar su cuerpo. La norma general era hacer ejercicio antes de bañarse y después utilizar toda clase de cremas y aceites.
Las clases más ricas tenían sus propios baños en casa, ya que daban mucho prestigio, tanto es así que en los banquetes se incluía una sesión de baño para los invitados. En la estancia dedicada a ello se los lavaba y untaba con aceites esenciales e incluso se llenaban jarras de agua aromatizada con la que al terminar se perfumaba al comensal antes de pasar a la comida propiamente dicha.


EL CUIDADO DEL CABELLO

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La moda indiscutible fue el rubio. Las mujeres se teñían el pelo para parecer rubias mezclando potasio y distintos tipos de flores amarillas, como la de la manzanilla. Aunque también se usaban pelucas y postizos para sus elaborados recogidos. Normalmente eran melenas largas peinadas hacia atrás recogidas en un moño a la base de el cuello o arriba en la coronilla. Para sujetarlos utilizaban pasadores de oro, o marfil, adornados. Mechones de pelo rizado caían hacia abajo sobre las orejas.


EL VESTUARIO Y LOS COMPLEMENTOS

El vestuario femenino se componía básicamente de una pieza rectangular de lino que tomaba una u otra forma según la forma de colocarse. El Peplo o la túnica eran las vestimentas mas habituales que se complementaban con cinturones o capas de lana para el invierno.
Hablando en un término actual, iban vestidas con básicos que complementaban con collares, pulseras, pendientes y aros alrededor de las piernas.


 

EL MAQUILLAJE

Utilizado por las clases pudientes, antes de aplicar maquillaje, que se usaba de forma muy natural, para que no alterase las formas de la cara (menos desde el siglo II a.c. cuando se extendió el uso de maquillaje excesivo) utilizaban compresas de cera caliente para las arrugas, aceites y distintos preparados de flores para mantener un cutis impoluto.

PIEL: La tendencia era una piel blanca e impoluta que conseguían gracias a la alimentación (comían grandes cantidades de comino) y con la aplicación sobre su rostro de una mezcla de ceras y plomo.

OJOS: Heredado de los antiguos egipcios el producto principal era el Khol, pigmento con el que conseguían enmarcan sus ojos almendrados.

MEJILLAS: Se coloreaban con carmín para contrastar con la blancura extrema de sus rostros.
LABIOS: Al igual que las mejillas se coloreaban con carmín y mezclas de especias como el azafrán.
UÑAS: Siempre debían estar perfectamente pintadas del mismo color que los labios.