Exfoliante de Cleopatra: Diy

Hace poco encontré un artículo sacado del libro “The Sacred Science”. En él aparecen varios trucos de belleza de los antiguos iconos de belleza, pero me llamó la atención especialmente uno en el que nos cuenta los ingredientes de una de las mascarillas que supuestamente utilizaba Cleopatra.

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Todos los ingredientes que menciona son tan fáciles de conseguir que he pensado recrearla y ver si realmente funciona. ¿Os gustaría probarla?


Ingredientes:

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– Miel
– Bicarbonato de socio
– Sal marina: se puede utilizar la que tengáis en casa. Cuando más gordo sea su grano la exfoliación será más “agresiva”.
– Aceites esenciales, usad los que tengáis en casa, si no tenéis no pasa nada, es simplemente para darle un olor agradable.


Lo único que tenemos que hacer es mezclar todos los ingredientes en un recipiente hasta conseguir una pasta homogénea, dejarlo reposar y utilizarlo como un exfoliante normal.

¿Funciona?

He seguido la receta, he preparado mi exfoliante y después de utilizarlo tengo que dar varias recomendaciones.

El exfoliante funciona fenomenalmente bien pero cuidado:

  • Aceites esenciales: yo me salté el paso de añadirlos  porque no tenía en casa y tengo que aconsejaros que no lo hagáis porque  el olor sin ellos es bastante desagradable.
  • Bicarbonato: Este ingrediente es un blanqueante natural, así que es mejor usar este exfoliante en la ducha nocturna para evitar que la exposición al sol pueda provocarnos alguna manchita. He leído que no debería pasar nada, pero yo no me fío.
  • Para el cuerpo: En mi opinión la sal hace una exfoliación bastante agresiva, que es perfecta para el cuerpo (codos y rodillas)  pero no la utilizaría en el rostro porque, al menos en mi caso, me parece demasiado.

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¿SABÍAS QUE? En el antiguo Egipto eran unos genios de la cosmetología.

Los egipcios empleaban los cosméticos de una manera magistral, y no creas que solo las mujeres, también era cosa de hombres y los niños. El cuidado y el maquillaje era una práctica diaria, asociada con la salud de los ojos y de la piel.

cosmetología egipcia

¿Que utilizaban?

Tenían una gran variedad de accesorios como espejos, peines, horquillas, tocados, tarros de maquillaje e incluso brochas. Todo esto unido a los cosméticos que preparaban a base de pigmentos aglutinados con grasas animales y vegetales. Lo más destacado y que además seguimos utilizando en la actualidad es:

El Kohl: Para, como ellos pensaban, hacer hablar los ojos (pintarlos) se preparaba una pasta de sulfuro de plomo y galena principalmente que se guardaban en tarros de alabastro. Para utilizarla no hacía falta más que humedecerla con saliva y aplicarla con palillos de marfil, madera o metal. ¿Os suena?

El pintalabios: era un tinte hecho de ocre rojo y óxido de hierro natural que extendían con una brocha , que más bien tiene pinta de cepillo, o un palo muy fino.

La sombra verde: No es que solo tuvieran este color, pero es el más característico. Se utilizaba polvo de malaquita para conseguirlo y lo más curioso es que no tenía porque ser una sombra mate, ya que “inventaron” eso de la sombra irisada que fabricaban triturando caparazones de escarabajos hasta conseguir un brillo que añadir a sus colores.

La henna: Igual que hoy en día, todo un multiusos, usada para dar al pelo un rojo brillante, pintarse las cejas, las uñas y la piel.

Leche, miel y aceites: con ellos hacían diferentes mezclas para aplicarlas en la cara y cabello como mascarillas o en toda la piel como si fuera un gel de baño.

 

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Antes de cerrar por hoy el tema de la cosmología egipcia, ya que habrá más capítulos sobre cuidado capilar, moda y algunas otras cosas que quiero contaros, si os interesa este tema, tengo que recomendaros que busquéis algunos pasajes de El Papiro Ebers, (es uno de los tratados médicos más antiguos y completos que se conocen), hay apartados interesantísimos donde perderse en los que podéis encontrar cosas como: tratamientos para eliminar de la piel imperfecciones, curar heridas, depilación, desodorantes, remedios con aloe vera.

¡seguro que os sorprenderá!

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¡Baños de Cleopatra en casa, pongámoslo a prueba!

Como no podía ser de otra forma, he de empezar por los conocidos baños en leche de burra que teóricamente se daba Cleopatra.
Lo primero que debo contar, es que aunque me encanta ese retrato de una mujer que en su época ya marcó tendencia, especialmente por sus maquillajes y cuidados para la piel, lo que a mi me enseñaron cuando estudiaba arte egipcio, es que todo esto no es más que la imagen idílica que ha recreado el cine sobre su persona, y que en realidad Cleopatra era una mujer poco agraciada. Personalmente la teoría que a mi más me convence es la de el egiptólogo francés Jean Yoyotte que dice:

“Que simplemente era una persona normal; por supuesto, no una «top model», pero tampoco fea, y disponía de un encanto personal incuestionable”.

La egiptóloga Sally Ann Ashton la ha recreado en 3D y ha quedado el siguiente rostro:

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Dejando todo esto a un lado, y centrándonos en lo que nos interesa ahora mismo, los baños de leche en los que hipotéticamente se sumergía la reina de Egipto para potenciar su belleza, deberían dejar una piel hidratada, calmada y nutrida ya que la leche, en concreto el ácido lácteo tiene muchas propiedades nutrientes al contener hidratos de carbono, grasas y proteínas, minerales y vitaminas. De hecho muchas de las cremas que compramos en las tiendas tienen este ingrediente.

¿Que os parece? ¿Probamos el mito?

LA RECETA:

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Nuestro baño Cleopatra se prepara con leche tibia (de vaca, no creo que sea muy fácil encontrar la de burra) y miel, le agregaremos unas gotas de nuestro aceite esencial favorito, aunque este paso es opcional . Obviamente no vamos a llenar toda la bañera, más que nada porque no sería nada económico gastar y desperdiciar esa cantidad de litros de leche.

¿Cómo lo hago?

Lo que haremos será embeber completamente una esponja con ese preparado de leche y miel y pasarla por todo el cuerpo como si nos enjabonáramos o pusiéramos nuestra hidratante habitual. Si hacemos esto con un buen masaje unas tres veces a la semana, deberíamos notar la piel hidratada, sin células muertas, suave y lisa.

Ahora solo toca ponerlo a prueba, y ver que pasa.
Yo empezaré hoy mismo, ¡¡¡os iré informando!!!

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